Mitos y estigmas influyen para que no se busque contención profesional

La salud mental de millones de personas en el planeta se ha visto significativamente afectada con la llegada de la crisis sanitaria. En nuestro país, según el Ministerio de Salud (MS), “…el 70.1% de las personas que se han quedado sin empleo por el COVID-19 presenta rasgos (sic) de depresión y el 64.8% de quienes trabajan tiempo parcial también presenta dicha condición”[1].

La salud mental es un estado de bienestar que impacta nuestra vida y la de quienes nos rodean. La OPS la describe como una parte integral de la salud (físico, mental y social) y va más allá de la ausencia de la enfermedad mental.

De acuerdo con la investigación del MS, …” el 61.0% de la población costarricense presentó en octubre pasado alguna sintomatología depresiva, un aumento del 50% en términos absolutos, al compararse con los resultados obtenidos en marzo de 2020”[2].

Asimismo, “… un 43.7% de la población consultada presentó alguna sintomatología asociada con ansiedad generalizada severa, lo que contrasta con los resultados del estudio realizado en marzo pasado, cuando únicamente un 13.8% de las personas participantes manifestaron síntomas de ansiedad. El 32.1% de la población presentó una afectación crítica en su salud mental en octubre de 2020[3], afirmó la entidad rectora de salud costarricense en su estudio.

Por otra parte, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, más del 25% de la población mundial es víctima de trastornos mentales y del comportamiento en algún período a lo largo de la vida.

Por eso ese 10 de octubre al celebrar el Día Mundial de la Salud Mental hacen el siguiente llamado: “atención de salud mental para todos: hagámosla realidad”

Lo importante de mantener una salud mental estable, conlleva a reducir los riesgos de una desadaptación en todos los contextos de la vida (familia, pareja, estudio, comunidad, trabajo, amistades, etc.).

Lamentablemente, la sociedad vive momentos vertiginosos y acelerados, que conllevan a una competencia constante, potencializadas por las redes sociales que socaba el estado mental de las personas, que muchas veces no buscan ayuda profesional por los mitos y estigmas impuestos por la falta de conocimiento, comentó Christian Murillo, docente de Psicología de la Universidad Fidélitas.

Si bien es cierto, la vulnerabilidad socio económica es un determinante social que afecta la salud mental de las personas, también lo es el confinamiento, las restricciones, la soledad, el cambio de rutinas laborales y familiares, etc., que son aspectos a los que se han enfrentado las personas en el último año y medio y por tanto, se han incrementado padecimientos psicológicos, tales como trastornos depresivos y ansiosos, entre otros, afectando el bienestar de personas menores de edad, jóvenes y adultos.

Y es a partir de esos momentos de ansiedad, angustia, incertidumbre, estrés, saturación, abandono, etc., donde la psicología juega un papel fundamental para contener profesionalmente a las personas y guiarlas con el manejo de sus emociones y sentimientos

Trabajadores del bienestar social. Hoy más que nunca, la carrera de Psicología toma relevancia y se coloca en un sitio destacado al formar profesionales con habilidades de escucha, empatía y comprensión de los desajustes o problemas de las personas consultantes, de analizar y comprender el comportamiento humano, con el fin de plantear intervenciones y colaborar oportunamente, mediante las técnicas y tratamientos cognitivo conductuales, para que las personas mejoren su salud y la calidad de vida, así como fortalecer la funcionalidad en sus contextos, enfatizó Christian Murillo, docente de Fidélitas.

Actualmente un profesional de Psicología se puede desempeñar laboralmente en diferentes ámbitos (privado, público, docente, etc.) y en varias áreas como psicología clínica, psicoterapia, psicología educativa, Neuropsicología, Psicología social, Psicología laboral, Psicología criminalística, Psicología deportiva, entre otras.

En la Universidad Fidélitas se brinda una formación multi paradigmática, dinámica integral, resaltando sobre todo la práctica aplicada. Enseña sobre las diferentes enfoques teóricos para que el profesional pueda tener un panorama completo de su futura actividad.

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