Wingston: “La poesía nos dota de una nueva percepción de mundo”

La vasta cantidad de público en la XVI Feria Internacional del Libro Costa Rica 2015, no fue impedimento para reconocer rápidamente al poeta guatemalteco; su colorido vestuario hacía contraste con la tez morena y sus oscuros rizos: era Wingston González.

Él es inquieto, tiene personalidad vibrante y está cargado de energía; su acelerado modo de hablar es prueba de ello. González viaja constantemente gracias a su poesía y vive de manera más intensa por la sensibilidad que posee ante la música, el arte y la lectura.

Entre risas y el constante agitar de sus manos, González conversó sobre su visión de la literatura centroamericana, su estilo de escritura, sus fuentes de inspiración, y además de la magia de la poesía y la literatura.

– Hacer frente a la violencia y la injusticia social son algunos de los rasgos que han caracterizado la poesía guatemalteca –y en general centroamericana- . ¿En qué momento se encuentra la poesía de la región actualmente? ¿Qué pretende expresar?
Hay un momento en el que se firman los acuerdos de paz y entra una nueva violencia, la violencia económica de saqueo; me parece que es a esta violencia a la que se están enfrentado los escritores hoy día, al menos entre Guatemala, Honduras y El Salvador, que es lo que más conozco.

Se enfrentan entonces desde la denuncia de sí mismos, la denuncia de la condición propia, de cómo afecta la pobreza, la televisión, los medios de comunicación en mi día a día, que parecieran destinados a volvernos más brutos, más tontos, menos críticos. Esto me roba la paz.

 – ¿Qué considera especial de los poemas incluidos en “Traslaciones”? ¿Qué características considera que los hicieron merecedores del premio Mesoamericano de Poesía Luis Cardoza y Aragón 2015?
No sé, hay que preguntarle al jurado. Yo puedo hablar del libro en sí tal cual es, no en sentido de merecimiento o demérito.

“Traslaciones” surge con una serie de textos que no cabían en ninguno de los otros libros y dos grandes disparadores: el que conociera a la poeta árabe Al-Khansa del siglo VI; una poeta que escribe sobre la violencia, la denuncia de la violencia en sí, la muerte de sus cuatro hermanos, la muerte de sus hijos en las guerras tribales. Al conocer esta poesía tan desgarrada, tan elegíaca y darme cuenta que en realidad es el canto de las ruinas de la civilización de ese momento.

El segundo disparador tiene que ver con encontrarme el sitio web http://deadmalls.com/ que registra los centros comerciales que han ido desapareciendo y han quedado en el abandono como las nuevas ruinas del siglo XXI.

Ambos tienen que ver con el mundo de las ruinas y “Traslaciones” también habla sobre las ruinas, la ruina interior que implica el viaje y la vida misma.

Con el tiempo se fue convirtiendo en algo más grande y escribí poemas para el libro en sí. Lo escribí en minúscula para desacralizar el ser humano, porque yo creo que no hay virtud en el ser humano sino, en formar parte de la vida.

“Traslaciones es un libro sobre la idea del viaje y el recorrido, sobre las ruinas y el abandono”, ha señalado en ocasiones anteriores. ¿A qué viajes se refiere?

“Traslaciones” tiene que ver con la superposición de los tiempos; todos los tiempos pueden ocurrir aquí y ahora entonces, se puede tener a disponibilidad toda la historia del ser humano, que como había dicho no tiene ninguna virtud en sí.

Ese viaje que permite la poesía, la ficción de estar aquí, de estar en todas partes al mismo tiempo es lo que se acerca más el centro de la escritura de “Traslaciones”. No lo he terminado de entender del todo.

– Usted es un poeta joven. ¿Qué aporta está visión más fresca de la realidad a la poesía?
Aporta la renovación necesaria de las tradiciones, una visión sobre el mundo contemporáneo, documenta qué tan vigentes siguen siendo los viejos modelos, por qué los modelos clásicos por lo general se sostienen; documenta y evidencia nuestro lenguaje, que eso me parece súper importante.

Creo que todas las palabras que uno pone en un poema deben ser extremas, los poemas tienen que poder exprimir el máximo significado posible, porque estas evidenciando como se habla en 2015 y ese va a ser un documento que permita entender la evolución del lenguaje y por tanto, entender la evolución de nuestra arquitectura de mentalidad.

– “La de Wingston González es una voz arriesgada que no teme a la incomprensión y al fracaso”, dice Gabriel Woltke en el prólogo de su libro “Espuma sobre las piedras”. ¿Cree que su poesía rompe con los esquemas más tradicionales de este tipo de escritura?
No lo sé, uno no es capaz de verse. Lo que pasa es que yo me aburro muy rápido, quizás ese es el asunto. Si escribiera un libro con los recursos, la estética y el espíritu con que escribí el anterior, me aburriría muchísimo; yo intento escribir textos poéticos para no aburrirme.

– ¿Qué define su forma de escribir?

El asombro y la experimentalidad, necesito sentirme asombrado de algo o por algo para escribir sobre ello. Todo ese asombro se vuelca en la escritura y la palabra, y sale lo que tenga que salir, un texto sobre las cosas que me asombran.

– La música es una de sus fuentes de inspiración más mencionadas. ¿Qué géneros musicales le provocan escribir y por qué?
Más que la música es el sonido lo que me importa.

En mis poemas trato que la gente hable, baile, haga ruido, cante, se caiga, golpee las paredes y bueno, termina convirtiéndose en un discurso musical. No se trata de la intención de hacer música en sí, sino de percibir la textura sonora de las cosas y pasarlo a poesía tipográfica.

– ¿Para usted qué poder tiene la poesía?
Registrar el lenguaje; tiene un poder futuro y un poder presente porque evidencia lo que no se puede evidenciar de otra manera. La poesía nos dota de una nueva percepción de mundo.

– ¿Qué poder nos puede dar la lectura?
Permite acceder a experiencias a las que no se tiene tiempo de acceder; da conocimiento y nos hace entender al otro: que no habla y que no es como yo.

Traza un modelo de humano y crea puentes en donde aparentemente no los hay.

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