Conteo anual identificó población de más de 2 mil lapas rojas en el Pacífico Central

La lapa roja (Ara macao), es una de las aves más emblemáticas de Costa Rica. Su importancia radica no solamente en su gran belleza sino en su habilidad de coexistir con el ser humano, su importancia como especie sombrilla (al asegurar su protección y supervivencia, se asegura también la conservación de muchas otras especie), y por ser una fuente de ecoturismo.

A pesar de que esta especie se ha convertido en un símbolo icónico de la fauna costarricense, diversas amenazas tales como el comercio ilegal y la destrucción de su hábitat, han mermado sus poblaciones en la naturaleza. Para contrarrestar esta preocupante tendencia, numerosos proyectos de conservación han surgido en la región del Pacífico costarricense, donde se mantiene una de las únicas dos poblaciones viables de lapa roja en Costa Rica y es considerda como una de las poblaciones más importantes en el ámbito mesoamericano.

Asimismo, como parte de las iniciativas del Programa de Investigaciones del Parque Nacional La Cangreja, se ha monitoreado la riqueza de la avifauna presente en ésta Área Silvestre Protegida y sus zonas de amortiguamiento, mediante los conteos anuales de aves, los cuales se han realizado ya en cinco ocasiones gracias al apoyo de colaboradores y expertos de muchas partes del país incluyendo los locales. Estos conteos han permitido documentar la presencia y movimientos de la Lapa Roja, analizando estudios particulares de la información para determinar un promedio de individuos de este sector del Pacífico Central.

Para este año (2023) y como parte de las acciones plasmadas en el Plan de Manejo del Parque Nacional La Cangreja y Plan Específico de Investigaciones, se tomó la decisión de articular esfuerzos en monitoreo e investigación con otras organizaciones no gubernamentales afines a la Conservación y Protección de la Lapa Roja como elemento focal de manejo y especie emblemática.

De esta manera, el proceso de ciencia ciudadana denominado “Monitoreo Biológico Participativo de la Lapa Roja”, contó con el valioso apoyo e involucramiento de instituciones, organizaciones y empresas como: MINAE, MAG, PNUD, SINAC, ACC, Parque Nacional La Cangreja, Corredor Biológico Paso de Las Lapas y Hotel Punta Leona.

Asimismo, diez centros educativos estuvieron involucrados en el proceso de monitoreo participativo de la Lapa Roja para el 2023: Liceo Rural La Palma, Liceo Rural Lanas. Liceo Rural Indígena Güetar de Zapatón, Liceo Rural Mastatal, Colegio Técnico Profesional de La Gloria, Liceo Rural San Antonio de Tulín, Liceo Coronel Manuel Arguello- Bijagual Turrubares, Colegio Técnico Profesional Turrubares, Colegio Técnico Profesional Tárcoles y Liceo Rural El Llano Turrubares.

Finalmente, los resultados del conteo 2023 arrojaron que se identificaron 2121 individuos, con 1765 individuos en horario y 365 fuera de horario. Esta cifra representa un incremento del 180% en comparación con el 2022, en el que se identificaron 1177 individuos. Anterior a esto, en el 2020, el total fue de 978 y de 1501 en el 2019.

Estos resultados demuestran que la lapa roja ha respondido de forma positiva a las estrategias de conservación implementadas en la región, tales como educación ambiental, construcción de nidos artificiales y esfuerzos de control y protección, por lo que se considera que su población ha aumentado y su distribución en el Pacífico Central se ha cuadruplicado, su diversidad genética se mantiene alta.

Uno de estos programas de conservación, el cual hoy en día es uno de los más importantes que existen en la zona, es el Programa de Conservación de Lapas Rojas del Hotel Punta Leona, mediante el cual se impulsa la reproducción en libertad de las lapas rojas mediante la construcción y colocación de nidos artificiales, monitoreo con cámaras de video y reforestación con especies relacionadas.

«Para Punta Leona es un orgullo poder ser uno de los fundadores del Programa de Conservación de Lapas Rojas del Pacífico Central. Cuando iniciamos hace 30 años junto con educadores, universidades y el científico Christopher Vaughan, creímos que el proyecto podría ayudar a salvar a esta especie amenazada y nos comprometimos con la colocación de nidos artificiales, programas de educación ambiental, siembra de árboles y estudios científicos. En la actualidad la cifra de avistamientos y el territorio que abarca la especie, son un indicador de que el programa ha sido parte fundamental de la recuperación de la especie», comentó César Vargas, Gerente de Relaciones Corporativas del Hotel Punta Leona.

Este programa inició en 1994 en el distrito de Tárcoles del cantón puntarenense de Garabito liderado por el Hotel Punta Leona en coordinación con el Dr. Christopher Vaughan de la Universidad de Wisconsin-Madison. Durante este año, se identificó como las lapas rojas se concentraban en la parte inferior del río Tárcoles alrededor del Parque Nacional Carara y la Reserva de Manglar Guacalillo, pero sus poblaciones iban en rápido descenso.

Por esta razón, se comenzaron a aplicar acciones de manejo in-situ, tales como: la protección del hábitat y pichones en sus nidos, educación ambiental sobre la lapa roja en escuelas rurales y pueblos, la siembra de árboles utilizados por la lapa roja y la construcción y colocación de nidos artificiales. Así como el monitoreo de nidos con cámaras 24/7, los cuales se pueden ver en la web en tiempo real en lapasrojaspuntaleona.com

Posteriormente, se involucraron a organizaciones e instituciones tales como el MEP, finqueros locales, SINAC, grupos de ecoturismo, comunidades locales y donantes. Asimismo, científicos de la Universidad de Texas se han encargado de pesar, medir y analizar datos biológicos de los pichones de lapa. Hoy en día, el ave se ve a menudo en Puntarenas, Esparza, Orotina, San Mateo, Jacó, Bijagual, Acosta, Puriscal, el Parque Nacional La Cangreja, y Parrita.

El Programa de Conservación de Lapas Rojas del Hotel Punta Leona forma parte del concepto de Turismo Regenerativo que impulsa el hotel, en el cual crea experiencias turísticas que activan conexiones profundas entre los visitantes, la comunidad local y los ecosistemas, creando valor compartido y restaurando el capital natural y sociocultural.

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