Darío Villanueva: “El español que se habla en Costa Rica es grato”

«El español que se habla en Costa Rica, es extraordinariamente grato a los oídos, por la música, el acento y por la gran riqueza léxica, muchas veces vinculada a esa gran riqueza que ustedes tienen en la naturaleza, tan espléndida como la de Costa Rica”, comentó Darío Villanueva quien, desde enero del presente año, dirige la Real Academia de Española.

El director, licenciado en Filología Románica por la Universidad de Santiago de Compostela y doctor en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid, vino al país para presentar la Vigésimo Tercera Edición del Diccionario de la lengua española e inaugurar el ciclo lectivo 2015 en la Universidad Nacional de Costa Rica, que este año se dedica a la “Conmemoración del cuarto centenario de la segunda parte del Quijote”.

A continuación la conversación con el representante de la RAE, institución que desde 1713 tiene como objetivo fundamental “velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad”.

Es una conversación que procura acceder a las opiniones del director, acerca de temas que surgen cuando se piensa en la forma en cómo hablamos, y la “aceptación”, que de esas formas realiza la RAE.

– El lingüista costarricense, Miguel Ángel Quesada, Premio Nacional de Cultura Magón 2014, destacó ante un  medio local, que “desde el punto de vista científico, la gente habla, punto. Bien o mal, es un concepto social, es una apreciación de la gente (…). Somos seres sociales y adaptamos el idioma a las diferentes situaciones en las que participamos” ¿Comparte la RAE ese criterio?
Sin duda alguna, es un criterio fundamentado en ideas lingüísticas de base científica. También es cierto que la dimensión cultural y social de la lengua es muy importante, y aquí es donde las academias actuamos trabajando continuamente en el perfeccionamiento de los códigos de la lengua que son la gramática, la ortografía y el diccionario y también en la difusión de estos códigos entre nuestros conciudadanos; para lo cual además, necesitamos la ayuda de las fuerzas de la educación y de los medios de comunicación.

-En una entrevista reciente, usted mencionó que cada año la RAE capta 25 millones de formas del español y que de ellas el 70 por ciento provienen de fuentes americanas o filipinas. ¿Cuál influencia ejerce el español de América, en España?
El español es una lengua muy unitaria también en el léxico, de manera que 95 por ciento de las palabras que todos aquí y allá utilizamos, son comunes. Eso sí, hay una  diversidad léxica que por suerte se está ahora comunicando entre las dos partes del Atlántico. Por ejemplo, el otro día en una entrevista televisiva, una señora de edad avanzada de Extremadura (comunidad española en la zona suroeste de la península ibérica), comentaba una medida que había tomado el alcalde de su pueblo y decía que le parecía “chévere”. Chévere es evidentemente un adjetivo que procede del Caribe y de Centroamérica, que no estaba presente en el español peninsular y que, sin embargo, ahora personas como esta señora lo utilizan porque les resulta muy expresivo y les sirve para decir lo que ella en ese momento quería decir.

-Esta pregunta, aunque reincidente, es necesaria. ¿Cómo valora la Academia, las transformaciones que sufre la escritura, por el uso de la tecnología móvil? En este mundo cambiante debe haber una base ¿cierto?
Sí, fundamentalmente funciona ahí un principio de economía que se plasma sobre todo en las abreviaturas. Esto no es en modo alguno preocupante, si usted va a ver los manuscritos medievales, aquellas obras magníficas que copiaban los monjes en sus monasterios, desde el original, cada página está llena de 15 a 20 abreviaturas, porque había que ahorrar tiempo y espacio. Lo mismo ocurre hoy en las redes sociales. Por lo tanto, nada nuevo bajo el sol, y no hay que preocuparse por eso.
Lo preocupante sería, y esto no ocurrió después de los manuscritos medievales, que la gente trasladara a la práctica de la escritura común y en situaciones formales, ese mismo procedimiento abreviador.
Por ejemplo, la palabra chatear, que viene además de un determinado dispositivo o programación. Yo creo que es una palabra que va a quedar muy arraigada, aunque tenga luego una plasmación a través de mecanismos diferentes a los que fueron originales. Creo que está muy arraigada en el uso del idioma y perdurará.
Otra cosa es por ejemplo la palabra tuitear, que se vincula a tuit, un término que obedece a un mecanismo específico de una red social.

-El fomento a la lectura es una tarea que se da desde los primeros años de vida y sin embargo, aun así no a todo el mundo lo conquista ¿Cómo lograr que la gente se enamore de esa práctica?
Esa es una gran tarea, las cifras y los datos a veces son contradictorios. Puedo decirle que en España, el mundo editorial infantil y juvenil está soportando mucho mejor la crisis que los libros para adultos. Vuelvo a lo mismo que le decía, la clave está en el sistema educativo.
Yo me pregunto, qué mejor objetivo para un sistema educacional, que por una parte enseñar el buen dominio y comprensión de la lengua propia y en segundo lugar, crear el hábito de la lectura, que es algo que nos acompañará siempre y que nos ayudará a hacernos mejores. Porque al leer, adquirimos más competencia en el uso de la lengua, resolvemos nuestras dudas ortográficas, pero también al leer, nos emocionamos, lloramos, reímos, y adquirimos también mucha información y mucho conocimiento sobre realidades que nos son ajenas.
Además, tiene que ver con la permanencia de la lengua a lo largo de los siglos. Hasta el extremo de que hay lenguas  muertas que aunque no se hablen, se siguen leyendo y que además encierran mucha sabiduría, en los siglos que fueron escritos en ellas.

-¿Cómo valora la RAE la utilización del lenguaje inclusivo, consideran que es solo una moda discursiva, entre políticos y activistas, el especificar ambos géneros, o es algo que tendrá arraigo en el mundo hispanohablante?
Nos hemos manifestado a ese respecto a través de un documento elaborado por el ponente de la gramática de la lengua española, el académico Ignacio Bosque, y avalado por el pleno académico, donde por cierto había varios académicos americanos.
Son sistemas de equilibrios que no se pueden alterar, las lenguas son convenciones, son acuerdos en donde por ejemplo, en el caso del español, no así en otras lenguas, el masculino sirve de integración de lo masculino y de lo femenino y recurrir a esos dobletes va en contra del principio de la economía y acaba haciendo, además, al idioma muy pesado y francamente incomprensible.
Le comento algo con respecto a esta cuestión de los equilibrios: una ministra española, una vez comenzó un discurso diciendo –miembros y miembras- pues bien si esto se llevara hasta sus últimas consecuencias, al hablar de los brazos del cuerpo, les podríamos llamar miembros, pero si estuviéramos hablando de las piernas, tendríamos que llamarles miembras.
 
-¿Cuál de las palabras que se utilizan en el español, y que tiene su origen en los idiomas autóctonos americanos, es su preferida?
La primera que fue recogida en un repertorio lexicográfico español, en una fecha tan temprana como 1495, que es el Vocabulario Latino-Español, de Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática. En ese documento Nebrija recoge la palabra “canoa”, y la define de un modo muy bonito: navío de un solo madero.

-¿Hay algún libro o autor costarricense del que tenga referencia?
A mí fundamentalmente me interesa mucho toda la producción relacionada con la lengua que viene de Costa Rica, y luego los libros de las personas a las que conozco más directamente, como por ejemplo, la directora de la Academia Costarricense de la Lengua y sus magníficos ensayos literarios.

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