Consejos para crear hábito de ahorro

Con motivo del Día Mundial del Ahorro, que se celebra cada 31 de octubre, y ante la situación económica que vive nuestro país, es importante recordar los beneficios del buen hábito del ahorro.

Si bien, el ahorro constituye la acumulación de dinero de manera sistemática o periódica con un objetivo preestablecido, se requiere disciplina a fin de que se convierta en un hábito. Lo usual es contar con una reserva de dinero, para atender un gasto, como una emergencia médica, o realizar una inversión, como un bien inmueble que genere rendimientos económicos a futuro.

“En momentos difíciles para el país, se nos obliga a ser mayormente disciplinados y prudentes en cuanto al manejo de las finanzas. Si se tiene el hábito de ahorrar, en tiempos difíciles le corresponde ajustar el plan original de ahorros, procurando mantener el nivel de ahorro restringiendo gastos superfluos o innecesarios y a la vez buscar nuevas fuentes de ingresos”, explicó el director de la carrera de Contaduría Pública de la Universidad Fidélitas, Edgar Quirós.

El ahorro no tiene límites de edad ni montos
En el ámbito familiar, el ahorro debe ser una práctica generalizada ya que debe existir convicción, de que el ahorrar es muy importante para cualquier persona y en este caso la familia.

Un grupo organizado podrá atender eventuales dificultades futuras, tales como los estudios, realizar sueños sin necesidad de endeudarse para comprar casa, un auto, realizar un viaje o un adecuado retiro, añadió el experto Quirós.

¿Diciembre es el mejor mes para ahorrar? Negativo. Cualquier mes del año es bueno para ahorrar, dice el director de la Carrera de Contaduría Pública de la Universidad Fidélitas.

“El iniciar con el ahorro obedece más a la voluntad o deseo de hacerlo, independientemente de la fecha. Cuando se perciben ingresos adicionales como el aguinaldo, es un momento adecuado para reflexionar y darle el mejor uso posible, como lo sería el ahorrar una porción del mismo”.

Consejos importantes en la Semana del Ahorro:
• El ahorro debe considerarse como una erogación fija, con una ruta preferiblemente de mediano y largo plazo.
• Los egresos no deben superar los ingresos.
• Reducir o eliminar los gastos superfluos o innecesarios.
• No usar las tarjetas de crédito para complementar ingresos.

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