Lotería Estatal invierte ¢135 millones en adultos mayores de Upala

Con el financiamiento aportado por la Junta de Protección Social se levantó una construcción de 325m2, que permite dejar atrás la amenaza del comején, los baños sin adaptación a la ley 7.600 y el riesgo de algún incendio a falta de contar con acometida e instalaciones eléctricas adecuadas a la nueva normativa.

Esa inversión por ¢135.127.000 trae comodidad, seguridad y tranquilidad para las personas adultas mayores y trabajadores-as del Hogar para personas adultas mayores de Upala.

La Presidenta de la Junta de Protección Social, Esmeralda Britton G., indicó que «¡Esta es una noticia positiva! ¡Muy positiva! Eso hacemos en la Junta de Protección Social, bañar a toda Costa Rica con noticias positivas. Los aportes de cada persona que compra lotería de la Junta y le dice NO al juego ilegal, se convierten en oportunidades como ésta, para contribuir con la calidad de vida y el disfrute de derechos a las personas en vulnerabilidad.»

Dijo que el año pasado la institución transfirió recursos por más de ₵37 mil millones a más de 400 organizaciones sociales. De ese monto más de ₵15 mil millones corresponde a programas para beneficio de personas adultas mayores.

El Hogar de Upala -que tiene habilitado la Asociación pro ayuda al adulto mayor de Upala –constituida en 1990- alberga a 51 personas adultas mayores quienes reciben servicios de medicina, fisioterapia, enfermería, atención directa, cinco o seis tiempos de alimentación y actividades recreativas.

La obra -inaugurada el viernes 13 de setiembre- consiste en una edificación de una planta de aproximadamente 325 m2 con 7 dormitorios con su respectiva área para ducha y servicio sanitario.

Las antiguas instalaciones del Hogar carecían de ventilación y luz natural, algunas paredes estaban agujereadas, despintadas, se había detectado la presencia de un nido de comején, lo que se traducía en un riesgo latente para las PAM, pues la estructura del techo es de madera y ésta plaga es fulminante.

Adicionalmente, el techo estaba oxidado y los baños, lavatorios y paredes del pabellón más antiguo estaban en mal estado de conservación. Las puertas de baños y dormitorios no tenían las medidas requeridas; la instalación eléctrica se encontraba en mal estado por su antigüedad, el techo se está «pudriendo» y se caía en pedazos en las orillas.

La construcción se realizó acorde a las nuevas normas de prevención de incendios y con los estándares de accesibilidad según la ley 7.600.

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