Normas técnicas: competitividad y calidad

El uso de las Normas Técnicas en el mundo de hoy es necesario no solamente por la globalización, también por el avance tecnológico, por la exigencia de los consumidores nacionales y extranjeros, por el intenso intercambio comercial, por las inequidades en la formulación de precios en algunos países en vías de ser economía de mercado y para cumplir con lo que la Organización Mundial de Comercio (OMC) establece en resguardo de una equidad en el intercambio comercial. Las normas son sobre todo para promover la defensa de los consumidores con un énfasis muy importante en la protección del ambiente.

Hoy es más importante que nunca tener productos que cumplan con ciertos estándares. Y esos estándares son conocidos algunas veces como reglamentos técnicos, como normalización y en algunos casos como mecanismos de identificación; y justamente haciendo referencia a la importancia que tiene que el producto tenga no solamente las condiciones y las características de calidad sino que le dé al usuario la facilidad para que pueda usar de manera adecuada, segura, con conocimiento de lo que está comprando y de lo que va a utilizar o más importante aún, consumir.

Las normas técnicas son importantes dentro y fuera de un país, ya que muchas naciones han iniciado una apertura comercial agresiva, que les ha permitido desarrollar un crecimiento económico basado en el crecimiento de exportaciones, con productos de calidad y que cumplen con requisitos que les imponen los compradores en los mercados más exigentes, porque la mayoría de las exportaciones van a mercados de gran exigencia en la calidad.

La normalización es muy importante entonces para poder exportar, los que desean cumplir con las exigencias de los compradores, pero es muy importante también en el mercado interno, y es muy importante el mercado interno con dos jugadores importantísimos: el fabricante y el consumidor.

¿Cómo sería el mundo sin normas?
Pese a que no somos conscientes de la presencia de las normas, lo cierto es que estamos rodeados de objetos y servicios normalizados y gracias a las normas nuestra vida es mucho más fácil, hasta el punto de que cuesta imaginar cómo sería el mundo sin normas.

La presencia silenciosa de las normas facilita la seguridad, la compatibilidad y hace que se incorporen consideraciones ambientales, de accesibilidad y otras muchas en los productos que usamos en nuestra vida cotidiana. Las normas técnicas juegan un papel fundamental en la sociedad moderna y son parte integral del sistema económico y legal. Estos instrumentos permiten generar importantes beneficios económicos y sociales al ofrecer soluciones a problemas específicos y atender requerimientos sobre salud, prevención de riesgos en el trabajo, protección al medio ambiente, protección al consumidor, especificaciones de unidades de medida, de gestión y de aseguramiento de la calidad, entre otros.

Las normas establecen especificaciones y procedimientos para garantizar que los materiales, productos, métodos o servicios cumplan, en el contexto de los propósitos y funciones para los que fueron diseñados, con características de seguridad, intercambiabilidad, confiabilidad, y calidad, entre otros aspectos.

La observancia de normas de aceptación generalizada entre usuarios, fabricantes y proveedores de bienes y/o servicios facilita la aplicación de soluciones más económicas y estables, al tiempo que favorece el logro de una mejor calidad de vida para la población.

Las normas técnicas son vehículos de comunicación entre empresas, autoridades, usuarios y consumidores, que proporcionan un lenguaje común para definir y establecer criterios, conceptos, objetivos, etc. En este contexto, facilitan la investigación, la innovación y el cambio tecnológico; el mantenimiento y preservación de instalaciones y activos; la formación y adiestramiento de personal, así como la comparación entre productos, proporcionando a los consumidores información fundamental para tomar mejores decisiones de compra.

En virtud de su amplio ámbito de aplicación, la normalización constituye un instrumento de gran importancia para el desarrollo nacional, al proporcionar elementos básicos para elevar los niveles de eficiencia y competitividad (los costos son menores si los procesos están normalizados y la capacitación se simplifica), del mejor funcionamiento de los mercados (más y mejor información para asignar recursos) y atención de las prioridades en materia de salud, seguridad y protección del medio ambiente.

La creciente integración de la economía nacional a los mercados mundiales exige de la normalización nacional, la adopción y adaptación de normas internacionales que permitan la participación oportuna y competitiva de los productores nacionales en esos mercados, todo ello en concordancia con los compromisos del país ante la Organización Mundial de Comercio; particularmente en lo relativo a evitar y eliminar barreras técnicas al comercio internacional.

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